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|   Miércoles 19 Mayo 2010

Al acercarse a una granja, solo al acercarse se nota en el ambiente un hedor insoportable, pero cuando traspasas la puerta, sientes algo que jamás debería sentir ningún ser. Cuando traspasas esa barrera, jamás puedes olvidar lo que vas a ver, lo que vas a sentir. Sientes el miedo que tienen todos esos seres que están en condiciones deplorables.

La primera sensación es miedo, puedes sentir en tu cuerpo el miedo, les miras a los ojos y sabes que te están pidiendo clemencia, que saben cual es su destino, la muerte. Pero eso no es lo peor, lo peor es como malviven sus días en este mundo, entre rejas que no les dejan ni siquiera ponerse en pie o darse la vuelta, llenos de suciedad, de sus propias heces, sin comida, sin agua, alimentándose de lo único que tienen, que son sus propias heces.

Da igual si están enfermos o agonizantes todos viven juntos, sin espacio, con ratas a su alrededor y todo tipo de suciedad. Cuando entré en una de estas granjas, por llamarlas de algún modo, por que en realidad lo que son, son campos de exterminio, lo que sentí fue un nudo en mi corazón de impotencia y vergüenza por pertenecer a la raza humana, no entendía ni entiendo como un ser humano puede hacer algo así con un ser vivo que siente como nosotros. Después lo que sentí es algo indescriptible, por muchos videos y explicaciones que me habían dado de como eran estos sitios, si no lo vives en primera persona, nunca puedes hacerte ni la mas mínima idea de como son. Sentí miedo, impotencia por no poder hacer nada por ellos y ganas de llorar, las lagrimas bañaban mis ojos, las arcadas y ganas de vomitar invadían mi estomago, aquello superaba todo lo que hasta el momento había visto.

Lo único que en ese momento pensaba era que lo mejor que les podía pasar a esos pobres seres era no haber nacido nunca, y eso es lo que sigo pensando. Lo que me ha quedado muy muy claro es que el peor ser que habita en este planeta, sin duda, es el ser humano.

Vive Vegano
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